jueves, 2 de junio de 2016

"LA ERA DEL SUCEDÁNEO", NUEVA RECOPILACIÓN DE ENSAYOS DE WILLIAM MORRIS

La Era del Sucedáneo y otros textos contra la civilización moderna
William Morris
Pepitas de calabaza ed.
Edición de Olivier Barancy
Traducción del inglés de Javier Rodríguez Hidalgo
Logroño, febrero 2016
Primera edición
ISBN 978-84-15862-51-2
144 págs., 14.5x21 cms.
Encuadernación: rústica con solapas
PVP: 15,50€

Este volumen reúne algunas de las más luminosas ideas de William Morris contra las nocividades de la civilización moderna.

La arquitectura, la restauración de los monumentos antiguos, la función de las artes aplicadas, la visión utópica de la sociedad futura, la apuesta por que el trabajo sea una fuente de felicidad y no el mal de males o la denuncia sin paliativos de los sucedáneos que nos ofrecen como las formas acabadas de la felicidad, son algunas de las cuestiones sobre las que William Morris, con su habitual tino, argumenta. Lo sorprendente es que, casi ciento cincuenta años después de ser escritos, los textos de Morris siguen dando aliento a la crítica del espantoso mundo que la civilización de la mercancía está dejando tras su paso.

Editado por Olivier Barancy y traducido por Javier Rodríguez, La era del Sucedáneo es un complemento perfecto de nuestro anterior libro de Morris Cómo vivimos y cómo podríamos vivir, y también un inmejorable acercamiento a las aportaciones teóricas de quien sin duda es uno de los más lúcidos críticos -de todos los tiempos- de la sociedad capitalista.

Socialismo antimoderno

No todos los pensadores que en el XIX afrontaron la llamada cuestión social atendiendo a las reivindicaciones de la clase obrera, aunque vinculados por intereses comunes, siguieron caminos similares en su impugnación del orden capitalista. Sumado a la tradición libertaria, hubo un socialismo no estrictamente marxista que renegaba de la civilización moderna y descreía de la noción de progreso, contemplaba con horror las consecuencias de la revolución industrial y se inspiraba en una visión idealizada de los gremios medievales. Precursor de la conciencia ecológica y compañero de viaje de los prerrafaelitas, William Morris aunó el esteticismo con la agitación política, desde una original perspectiva reaccionaria -con antecedentes desde Blake a Ruskin, su maestro- que fue desdeñada por los apóstoles del socialismo supuestamente científico pero ha resultado ser, en lo que se refiere a la deshumanización derivada de la técnica y otros muchos aspectos, bastante más clarividente.

De igual modo que los ensayos recogidos en Cómo vivimos y cómo podríamos vivir, las conferencias reunidas en La Era del Sucedáneo abundan en un ideario radical que a veces puede resultar ingenuo o pintoresco, como las propuestas de los socialistas utópicos o en otra línea el distributismo -asimismo medievalizante- de Chesterton y Belloc, pero la crítica de Morris a la superproducción de artículos innecesarios, su defensa del trabajo como una forma de felicidad -imposible de cumplir cuando se realiza en condiciones de sumisión o esclavitud- o su denuncia de la conversión del arte en mercancía, no han perdido vigencia y permiten calificarlo como un observador no sólo comprometido, sino también lúcido y hasta visionario. Nuestro mundo tiene ya poco que ver con la Inglaterra victoriana, pero cuando habla de la restauración que desnaturaliza los monumentos antiguos, de la fealdad que arrasa las ciudades o destruye los espacios naturales, de la paradójica pobreza provocada por la abundancia, de los estragos causados por las minorías especuladoras, de la devaluación de los oficios artesanos o de la profusión de innobles sucedáneos (makeshifts) que sustituyen a los bienes genuinos, el antimoderno Morris trata de temas que no han dejado de ser actuales.

Reseña de Ignacio F. Garmendia (Fuente: Diario de Sevilla)

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