jueves, 23 de septiembre de 2010

EL MUSEO ALBERTINA DE VIENA MUESTRA EN "PAZ Y LIBERTAD" AL PICASSO MÁS COMPROMETIDO

Fotografía del pintor español Pablo Picasso (1881-1973) mirando una imagen de Stalin, que forma parte de la exposición que el Museo Albertina de Viena dedica al genio malagueño y que lleva por nombre "Paz y Libertad", y reúne más de 200 piezas que se pueden visitar hasta el 16 de enero y trata sobre las obras políticas de Picasso y sobre la discutida militancia comunista del artista desde 1944. EFE

El pintor español Pablo Picasso ha sido un creador de símbolos universales. Uno de ellos es la paloma blanca como icono del movimiento pacifista, cuya gestación se puede ver en una exposición en Viena que repasa el compromiso político del genio.

La exhibición del Museo Albertina de Viena y la Tate de Liverpool lleva por nombre "Paz y Libertad", reúne más de 200 piezas que se pueden visitar hasta el 16 de enero y trata sobre las obras políticas de Picasso y sobre la discutida militancia comunista del artista desde 1944.

"La pintura no está pensada para decorar una casa. Es una herramienta de ataque y defensa contra el enemigo", llegó a afirmar el pintor.

"Picasso estaba comprometido con la paz, era un humanista, y, por supuesto, no era un estalinista ni tenía una visión ideológica del comunismo. Su comunismo nació de su experiencia de la Guerra Civil española", relató a Efe la comisaria de la exposición, Lynda Morris.

Sin embargo, su compromiso con el partido sobrevivió al aplastamiento del levantamiento húngaro de 1956 por la URSS y a la "Primavera de Praga" de 1968, y mantuvo su carné del partido hasta su muerte en 1973, dos años antes del fallecimiento del general Francisco Franco.

"Creo que eso se explica en clave española. Él pensaba que mientras existiese la dictadura de Franco debía demostrar de forma clara su oposición a ella, y eso lo hacía con su militancia comunista", explicó.

Lo que queda claro es que Picasso era un verso libre que no aceptó nunca que nadie le dictase lo que debía pensar o pintar, y "un ser complejo que escapa a una simple etiqueta", agregó Morris.

La exhibición se divide en distintas salas que recorren parte de los conflictos del siglo XX: la Guerra Civil española, la Guerra de Corea, la represión francesa en Argelia, la crisis de los misiles en Cuba y el movimiento contra la guerra de Vietnam.

Una de las obras más célebres es "El osario" (1944), parecido por su fuerza expresiva al "Guernica" y que, según los comisarios, se inspiró no sólo en los campos de concentración nazis, sino también en la matanza de una familia republicana durante el conflicto civil en España.

El osario

La otra gran obra es "Las Meninas" (1957), que, además de ser un homenaje a Velázquez, constituye, según los organizadores, una crítica al franquismo y una petición de amnistía para los prisioneros políticos encarcelados en España.

Otra sala completa está dedicada a las muchas y diversas palomas de la paz pintadas por Picasso y relata cómo nació el símbolo universal del pacifismo.

Fue el poeta francés Louis Aragon quien, en 1949, eligió en el estudio del pintor la litografía que ilustró el primer Congreso de Intelectuales por la Paz en París y convirtió esa ave en un icono antibélico de alcance mundial.

Muchas de la pinturas son versiones de obras clásicas, con referencias mitológicas, que el genio actualiza para mostrar su rechazo a la guerra.

Aquí se incluye el goyesco "Masacre en Corea" (1951), la serie "El Rapto de las Sabinas" (1962), inspirado en Jacques-Louis David y que trata sobre la muerte de inocentes cuando el mundo estuvo al borde de la aniquilación por la "crisis de los misiles" en Cuba, y "Mujeres de Argel", inspirada por Delacroix (1955).

Mujeres de Argel

Otra serie es la de "Madres y Mosqueteros", que trata sobre figuras antagonistas, las mujeres como representantes de la paz y los soldados como ejemplo de los excesos guerreros, una visión que repetiría en muchas obras de su última época.

Entre las curiosidades de la muestra se encuentra un telegrama de felicitación de Fidel Castro a Picasso cuando le concedieron el premio Lenin de la Paz en 1962.

Otra perla es el dibujo de Iósif Stalin que hizo para una portada de la revista "Les lettres françaises" en 1949, y que fue duramente criticado por no presentar al dictador de la URSS de forma suficientemente idealizada ni "monumental".

El rapto de las sabinas

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