lunes, 10 de mayo de 2010

35 AÑOS DE LA MUERTE DEL POETA SALVADOREÑO ROQUE DALTON


POSICION DE LA FAMILIA DALTON ANTE LA PERMANENCIA EN EL ACTUAL GOBIERNO SALVADOREÑO, DE JORGE MELENDEZ, UNO DE LOS INVOLUCRADOS DIRECTOS EN EL ASESINATO DEL POETA ROQUE DALTON GARCIA.

A María García Medrano (Abuela) y Roquito (hijo)

in memoriam


Aída Cañas, viuda de Roque Dalton y sus hijos Juan José y Jorge Dalton, sobrevivientes al conflicto armado, han decidido comunicar a los amigos, familiares, admiradores de la obra de Roque, al pueblo y la sociedad salvadoreña en su conjunto, los gobiernos democráticos, así como al resto de intelectuales de América Latina y la comunidad internacional, nuestra posición respecto a la actual situación de injusticia perpetrada por el actual gobierno de El Salvador.

Roque Dalton García fue un intelectual revolucionario íntegro, que desde muy joven se convirtió en líder estudiantil y en un luchador social de genuino arraigo popular. Por su lucha, al igual que muchos compatriotas, sufrió privacidades, persecuciones, cárceles, torturas, amenazas, sentencias de muerte y exilios por parte de las dictaduras militares que oprimieron a El Salvador. Dalton supo, quizás como ningún otro intelectual salvadoreño, combinar obra, vida, aspiraciones y luchas de los más desamparados. Fue un poeta genuino, consecuente y entregado, pese a cualquier costo de la lucha anti dictatorial y dejó claro su vehemente deseo de un verdadero cambio de justicia y derechos para los salvadoreños.

Su quehacer en el mundo de las letras le permitió heredar al pueblo salvadoreño una obra literaria y política que hoy constituye un pilar fundamental de la cultura y la historia nacional y lo ha llevado a ostentar el título de Poeta Meritísimo, reconocimiento póstumo otorgado al poeta por la Asamblea Legislativa gracias al decreto 186, fechado el 11 de diciembre de 1997 en San Salvador.

La trascendencia de su obra sobrepasa las fronteras de El Salvador y la propia Centroamérica para convertirse en uno de los intelectuales de la región cuya obra ha sido de las más traducidas y motivo de estudios en no pocos centros académicos de gran prestigio a nivel mundial como Duke University, Princeton University, Universidad de Nuevo México; en la región se destacan Universidad José Simeón Cañas, la Casa de Las Américas de La Habana, Cuba, por citar algunas. Dalton formó parte de ese intenso y renovado quehacer literario que fue conocido como el boom de escritores e intelectuales de la década de los 60´s junto a Julio Cortázar, Mario Benedetti, Eduardo Galiano, Juan Gelman, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Heberto Padilla, Efraín Huerta y Thiago de Mello, entre otros. Y es sin duda, una de las voces más influyentes de la Generación Comprometida en El Salvador, que con su accionar y su obra diera vida a la frase del escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias “El poeta es una conducta moral”.

Con la responsabilidad que hemos salvaguardado la obra de nuestro padre y la modestia que nos asiste en este compromiso no podemos dejar de reconocer que la pasión por su Patria y el indiscutible talento literario nos ha permitido contar hoy en día con un imperecedero legado cultural del cual hoy gozamos no sólo nosotros como hijos legítimos y orgullosos, sino también todos y cada uno de los salvadoreños que con ese auténtico sentido de pueblo describiera en ese, ya segundo himno de nación, nombrado Poema de amor.

Hace 35 años, siendo aún adolescentes, perdimos a Roque, nuestro padre, sin intuir que El Salvador perdía también a uno de sus más leales hijos, amante de la poesía y la libertad, a uno de los fundamentos de su cultura, de su historia, dejando una herida que no se ha cerrado después de todos estos años.

Roque Dalton García fue asesinado cruel e injustamente el 10 de mayo de 1975 por decisión de la entonces dirección del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), de la cual sobreviven Edgar Alejando Rivas Mira, Joaquín Villalobos Huezo y Jorge Meléndez. Junto a Roque Dalton García fue asesinado otro salvadoreño de nombre Armando Arteaga, conocido como Pancho.

Testimonios recabados por nuestra familia indican que estos tres dirigentes estuvieron de acuerdo con la ejecución de Roque y Armando. Y fue Rivas Mira, jefe máximo del ERP en ese entonces, quien ordenó a sus inmediatos subalternos, también al frente de la organización, Joaquín Villalobos y Jorge Meléndez, ejecutarlos sumariamente. Poco más de un año después del crimen, Villalobos pasó a ocupar la dirección del ERP. Y al constituirse el FMLN, esta naciente organización acoge en sus filas a Villalobos y a Meléndez, como miembros de su Comandancia General –de 10 miembros- pasando por alto, la vinculación directa de estos dos dirigentes, en los asesinatos. Esta es quizá, una de las más tristes paradojas de la historia de la nación salvadoreña.

Pese a estos 35 años transcurridos de aquel horrendo hecho que dejó nuestras vidas marcadas para siempre con el dolor infinito de una pérdida irreparable; pese a no saber nunca las condiciones en que fue vilmente asesinado nuestro padre; pese a no saber nunca qué sucedió con sus restos; pese a las solicitudes y gestiones realizadas por nuestra familia ante organismos internacionales como ONUSAL, el FMLN nunca ha asumido su responsabilidad, así tampoco nunca hemos recibido de los victimarios directos declaración alguna de perdón ni a título personal ni como organización que fuera el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). El pacto de silencio y la impunidad no ha permitido develar la verdad sobre el crimen, lo cual por ética, honestidad y moral política debe reparar la actual izquierda salvadoreña.

La familia de Roque Dalton García, junto a los miles de salvadoreños que tienen a sus familiares desaparecidos o que fueron asesinados de manera cruel e injusta en los pasados años, se siente ahora doblemente agraviada porque la impunidad sigue prevaleciendo en El Salvador, y se nos continúa negando el derecho a la justicia y al esclarecimiento de los hechos. Por ello consideramos el nombramiento de Jorge Meléndez, para un puesto de gran relevancia en el actual gobierno, la ofensa más grande en contra de la memoria de Roque Dalton, así como contra su familia, desde su asesinato. A unos pocos días de conmemorarse el XXXV aniversario de su muerte, este hecho por el cual hemos venido reclamando desde su nombramiento en junio pasado, constituye un agravio a las aspiraciones de justicia y verdad del pueblo salvadoreño.

Sobre Jorge Meléndez conocido en la guerra como “Comandante Jonás” pesan los siguientes hechos:

1. Se ha negado a reconocer su participación intelectual y material en el asesinato de Roque Dalton y de Armando Artiaga, poniendo en duda su carácter de civilidad, idoneidad, justicia, valentía para asumir la verdad.

2. Fue parte de quienes torturaron física y psicológicamente a las víctimas ya indefensas y en cautiverio.

3. Es responsable también junto a Villalobos de secuestrar y desaparecer los cadáveres de las víctimas y oculta a la familia, y al pueblo salvadoreño la verdad de los hechos.

4. Es responsable, junto a Villalobos, de haber lanzado una campaña de difamación, especialmente contra la figura y la dignidad de Roque Dalton, que esconde la naturaleza vil y alevosa del premeditado crimen.

Estos acontecimientos harto conocidos y públicamente divulgados en El Salvador y el resto del mundo, que ha seguido de cerca el horrendo crimen del poeta, no fueron tomados en cuenta por quienes decidieron que Jorge Meléndez fuese el Director de Protección Civil, cargo bajo la responsabilidad del Ministerio de Gobernación.

El historial como jefe guerrillero de Meléndez, deja mucho que desear; basta mencionar sólo dos hechos: el secuestro, asesinato, extorsión y desaparecimiento del cadáver del empresario Roberto Poma, así como las ejecuciones arbitrarias y sumarias de varios alcaldes del Partido Demócrata Cristiano (PDC), hecho este contenido en el Informe de la Verdad, y que constituyen crímenes de lesa humanidad.

La familia Dalton repudia y condena el nombramiento de Jorge Meléndez como alto funcionario del actual gobierno que, basando su campaña en el lema del cambio, parece desconocer las verdades históricas o pesan sobre él demasiados compromisos de índole político o deudas de tipo electoreras al punto de dar la espalda al espíritu de justicia hasta llegar a mancillar la memoria del poeta. Paradójicamente, nunca antes hemos visto alejarse más la esperanza de rescatar la verdad y la memoria histórica, que en estos tiempos del triunfo de la izquierda en el poder.

Por todo lo anteriormente expuesto la familia Dalton decide:

- No participar, apoyar o avalar acto oficial alguno que, dentro o fuera del territorio nacional, realice el actual gobierno relacionado con la conmemoración del XXXV Aniversario del asesinato de Roque Dalton, o de otra naturaleza ligado a su figura y su obra.

- Como herederos legítimos y custodios de la obra literaria y política de Roque Dalton anunciamos que no suscribiremos ni un solo contrato para la publicación o reedición de obras de Roque Dalton por cualquiera de las instancias del actual gobierno.

- No daremos nuestra anuencia para el uso de la imagen de Roque Dalton, en cualquiera de sus formatos, por parte del gobierno y sus medios de comunicación.

- No daremos nuestro aval para que la Sala de Prensa de la Presidencia lleve el nombre de “Roque Dalton”, tal como había manifestado interés el Presidente de la República.

- Solicitamos a las más altas autoridades de gobierno no pronunciar el nombre de Roque Dalton ni hacer alusión a su obra en sus discursos públicos.

De igual manera, la familia Dalton demanda de las actuales autoridades de gobierno:

1. Una explicación por parte de los involucrados en este nombramiento tanto a la familia como a la sociedad civil salvadoreña.

2. El despido inmediato de Jorge Meléndez como jefe de Protección Civil.

3. Y que le sea exigido a Jorge Meléndez el esclarecimiento de los hechos que ayuden en la búsqueda de la verdad sobre el asesinato de Roque Dalton.

4. Se dé una disculpa pública a la familia y al pueblo salvadoreño por esta designación, que no ha hecho otra cosa que profundizar una herida que ha tardado ya demasiado en sanar.

Los crímenes emblemáticos de la sociedad salvadoreña antes y durante el pasado conflicto: Roque Dalton, Monseñor Oscar Arnulfo Romero y los Mártires de la UCA deben ser esclarecidos de una vez y para siempre si se quiere construir una sociedad que descanse sobre la verdadera democracia, con pleno Estado de Derechos y una verdadera conciencia histórica.

Exigimos el respeto absoluto hacia las víctimas en su derecho de conocer la verdad y reclamar justicia por sus familiares asesinados, torturados y desaparecidos. De lo contrario, seguiremos vanamente empeñados en buscar nuestra identidad de espalda al pasado, y ¿qué es la historia de una nación sin el reconocimiento de su pasado?

Una vez tuvimos la esperanza que este nuevo gobierno abriría la puerta a la justicia y la verdad, al calor de los acontecimientos recientes que han tenido lugar en Chile y Argentina para juzgar los crímenes cometidos durante la dictadura; y de otros ejemplos como el de la sociedad española que ha dado una muestra de valiente reconciliación con su pasado al poner en marcha la Ley de la Memoria Histórica aprobada por el Congreso de Diputados en octubre de 2007. Sin embargo, el gobierno de El Salvador, no ha reconocido que resulta imposible establecer el verdadero Estado de Derecho mientras las heridas del pasado permanezcan sin bálsamo y sutura. A pesar de ello, estamos seguros que la sociedad salvadoreña no admitirá ni se rendirá en su largo y difícil camino en busca de la verdad y la justicia.

Estamos convencidos que las nuevas y futuras generaciones estarán orgullosas de haber heredado ese ideario de justicia que acabe para siempre el prolongado dolor que emana de su suelo -de este suelo salvadoreño-, como halo de cadáver justiciero.

Roque Dalton nos previno: “Esos jóvenes… sin más edad que la esperanza,…preguntarán qué fuimos, quiénes con llamas puras les antecedieron, a quiénes maldecir con el recuerdo. Bien. Eso hacemos: custodiamos para ellos el tiempo que nos toca.”

San Salvador, 05 de mayo de 2010.

Juan José Dalton Cañas
Jorge Dalton Cañas

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